El pasado día 9 de Noviembre una vez más hicimos el Pedraforca...
Mis grandes compañeros eran Kyxa (como no, mi 4 patas inseparable) y Toni.
Cuando digo una vez más, lo digo sin acento de cansancio o de ningún otro tipo que fuera despectivo, es con un enorme acento de orgullo y alegría.
Un día que por la mañana temprano pintaba un día gris, frió y triste... pero al final fue un gran día soleado, caluroso y alegre.
A Toni se le ocurrió que esta vez subiéramos por Gósol... Una subida muy recomendable por su tranquilidad, lejos de las masificadas ascensiones que padece el Pedraforca.
Siempre que inició una ascensión, me asaltan las voces de mis demonios internos:
.- ¿Pero se puede saber que haces aquí?
.- ¿A quien quieres engañar? Eres fibromiálgica, déjalo ya.
.- ¿Como quieres hacer esto con los dolores crónicos? y
.- ¿Que me dices de el cansancio crónico? Te vas a morir...
He infinidad de escusas que mi voz lanza al aire para intentar que me rinda...
Pero entonces uso mi táctica contra ellas...
Intento recordar mi imagen y sentimientos durante los tres años que permanecí en cama por culpa de la fibromialgia...
Eso me hace dar un salto en mis neuronas que es bastante eficaz hasta hoy...
En fracción de segundos estoy cambiando la voz anterior por:
.- Venga que yo puedo, no me voy a rendir...
.- Esto es pan comido, arribaaaaaaaaaaaaaa
Y así he conseguido ascender por décima vez el Pedraforca:
4 veces escalando, 2 veces por Gosol (una de ellas nocturna para poder ver el amanecer desde la cima con Joel) y 3 veces más por el refugio por la masificada ruta que hace todo el mundo. De estas ultimas una de ellas el estar acompañada de mi madre con 65 años y hacer cima juntas fue algo increíble y que nunca olvidaré...
jijiji, dicen que de casta le viene al galgo...
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