martes, 7 de enero de 2014

Cadáveres vivientes inconscientes...

La mayoría vivimos así, en función de un plan preestablecido:
consagramos nuestra juventud al estudio;
a continuación, encontramos un trabajo;
conocemos a alguien;
nos casamos y tenemos hijos;
compramos una casa;
nos esforzamos en triunfar profesionalmente;
intentamos realizar sueños, como tener una casa de campo o un segundo automóvil;
nos vamos de vacaciones con nuestros amigos;
hacemos proyectos para la jubilación...
Para algunos, los mayores dilemas a los cuales deberán enfrentarse consisten en decidir dónde pasar las próximas vacaciones o a quién invitar por Navidad.
Nuestra vida es monótona, mezquina, repetitiva, y la desperdiciamos en la persecución de lo banal, dado que, al parecer, no conocemos nada mejor...

(Extracto del "libro Tibetano de la Vida y de la Muerte" de Sogyal Rimpoché)